martes, 9 de diciembre de 2014

Caravana (6) Comienzos de junio 1967




 

     Regreso junto a la caravana y Richard sigue sentado en los escalones, terminando su café. Me sonríe, no pregunta dónde he estado, pero de alguna manera yo se lo explico al responder a la cuestión que se había planteado a sí mismo un rato antes, incluyendo en la respuesta un recordatorio de mi espera:

     - He estado pensando que quizá me has contado lo de “Upstairs, Downstairs” sólo porque quieres compartirlo con alguien no "de dentro", porque te interesa mi perspectiva "externa". Todavía no he podido bajar con vosotros al sótano, así que no tengo grabada esa imagen tuya, tan obsesiva que hasta te la llevas a los sueños, de Dylan en la escalera bajando/subiendo/bajando ...
      - Vale. Ya sabes que yo les comenté hace días la idea de que alguna tarde te sentaras en el sótano a vernos tocar -porque escucharnos ya lo haces, desde fuera, lo sabemos-; no es culpa mía que hasta ahora no se lo hayan vuelto a plantear ... Pero yo no te estoy hablando de deseos puestos en manos ajenas -culpa tuya, Nar-, sino de una imagen de la incertidumbre -no sé si lo pillas- que tiene que ver con la que estoy sintiendo al intentar componer esa canción ...
      - ¿Y tu inseguridad está más en la letra o en la música?
     - Bueno, yo he hablado de incertidumbre, que es una palabra mucho más sugerente que la tuya ... Pero es la letra lo que me tiene más colgado ... Los acordes los tengo claros, ya verás.
 
    De un salto se mete en la caravana y sale con una de mis guitarras entre las manos. Toca cinco acordes, salmodiando palabras inconexas sobre una melodía descendente que recupera la verticalidad del ascenso mediante agudos en los que su voz arde. Al terminar, nos quedamos en silencio. Lo rompe él:
 
    - A partir de ahora, Nar, vendré a tu caravana todos los miércoles a las 9:30 para seguir comentando contigo este asunto -dice poniéndome una mano sobre el hombro, muy serio.
       - No me lo creo, Richard.
       - Haces bien.
 
      Se levanta, deja su tazón de café ya vacío en el último escalón y se marcha en dirección al bosque, diciéndome adiós con la mano. Lo miro alejarse, descalzo, sabiendo que acabo de escuchar la fotografía inexistente de una leyenda: con mis oídos, con mis ojos, con mi mitomanía anticipatoria .-.-.-
 
                  If you find me in a gloom or catch me in a dream
                                                                        .-.-.-



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